Una promesa es una promesa. Y el gobernador Mario López Valdez, pese a gritar a los cuatro vientos la bancarrota del estado, dio inicio a la entrega de vales para uniformes gratuitos para un millón 200 mil estudiantes.
Este "pequeño" apoyo costará a las arcas estatales 240 millones de pesos. A eso habrá de sumarse la inversión para el otro compromiso: Útiles escolares gratis. Con lo que la inversión se va arriba de los 300 millones.
Malova no puede olvidar sus orígenes izquierdistas. Y la mejor estrategia para conseguir votos es regalar cosas. Con el 2012 tan cerca y aprovechando la sarta de cosas dichas en su campaña, trata no de convertirse en el mejor gobernador de Sinaloa de la historia, sino más bien en el más dadivoso.
Con la eliminación de la tenencia, compromiso arrebatado al gobierno federal, quien fue el principal actor en derogarla y dejarle a los estados el entendido de hacer lo mejor para ellos, la entidad dejará de percibir 500 millones de pesos anuales.
Saquemos cuentas entonces. Los uniformes y útiles escolares regalados se estarán entregando todo el sexenio. Es decir, más de mil 800 millones de pesos se erogarán en ese periodo. Y por la tenencia se dejan de ganar tres mil millones de pesos en el mismo lapso.
En total habrá un déficit de casi cinco mil millones de pesos, puesto que antes no se contemplaban todos esos beneficios.
Incluso el préstamo para solventar la famosa falta de dinero se queda bastante corto. Se supone este año habría un megapresupuesto de 45 mil millones pesos. Histórico decían, pero ni un solo peso de ese dinero se ha visto en obras. Tan grande ha sido la ineficacia del gobierno estatal para atraer esos jugosos recursos que hasta el subsecretario de la Función Pública, Rafael Morgan Ríos, vino a dar cátedra de ello a todo el gabinete.
El tiempo corre, y si el dinero no se pide se perderá y se sumará a estos millones regalados por el Estado. No estoy en contra del apoyo a las familias y mucho menos a la eliminación de impuestos. Pero si se empiezan a tirar billetes debe pensarse en una solución para recuperarlos o eficientar el gasto, y el andar pidiendo préstamos no es la solución. Ajustar la dieta de los funcionarios, los viáticos y dejar el derroche en actos públicos son buenas opciones.
Al gobierno del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le condicionaron el aumento del techo de endeudamiento con recortes de gasto en su administración, ¿y por qué a Malova no?
¿O acaso cada año el mandatario sinaloense visitará los bancos para sacar adelante la inversión gubernamental? Más vale que no.
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