Gabriel Mercado
Estamos a muy poco de las elecciones del 5 de junio, las campañas terminaron y estos días de “calma” son un augurio de la tormenta que se cierne.
Ocho candidatos a la gubernatura, la duda baila en las
mentes de todos, revisan encuestas, escuchan discursos, y aún se cuestionan si realmente
hay un claro ganador, y aún más importante, ¿por quién carajos votar?
Analicemos las estrategias de los contendientes llevadas a
cabo en este año, a los competidores mismos y su desempeño en campaña y
propuestas presentadas, veamos qué tal les fue, hagamos un análisis crítico previo
al examen final que sostendrán los candidatos este próximo domingo.
Empezaremos por orden de aparición ante el Instituto Estatal
Electoral de Sinaloa, es decir, de registro de sus partidos, y toca primero a
Martín Heredia. El priista-malovista convertido a panista que un día quiso ser
perredista.
Empezó lento, tardó en levantar el vuelo, sumándose a una
campaña acusando elección de Estado, apuntando al tercer piso, donde manda
aquel para quien trabajó y le coordinó su campaña en aquel 2010, cuando vino el
“Gobierno del Cambio”.
Difícil creerle a alguien que a base de manzanas se convirtió
en todo un empresario pizzero, alcalde y político en crecimiento con deseos de
llegar a la gubernatura.
Aprovechó la coyuntura en que fue designado Quirino Ordaz
para no dejar de nombrarlo “el candidato de Peña Nieto”, y nada más cierto, el
priita fue ungido por el dedo sagrado tricolor, que todo mueve, todo acomoda.
Sin embargo el discurso de elección de Estado, si apunta al
Ejecutivo en Sinaloa suena a chiste, al suponerse que es el PAN quien está en
el gobierno, aunque en realidad todos conocemos la verdadera piel de López
Valdez y sus “cuates y cuotas” en el poder.
Heredia debió ser más crítico desde el principio, más
enérgico, si quiere crecer como la espuma, el tiempo se le acabó y tal vez le
sea insuficiente para sumar más en las urnas.
A Quirino parece que nadie lo quiere o fingen quererlo.
Tuvo un cierre de campaña con toda la amalgama priista, quien bien pudo estar
presente en forma sincera o a regañadientes. Nadie olvida la cara de tristeza de
Aarón Irízar en las primeras fotos cuando fue la designación, y el miércoles
sonreía levantando la mano a su antes contrincante partidista.
También estuvo Millán abrazando a Vizcarra, no sabemos si se
olvidaron los rencores, o sólo se guardan, para sacarlos a relucir terminando
los conteos.
La fuerza del PRI sin duda está en su estructura, no en su
candidato, un tipo allegado a al Aguilarismo, apadrinado por el
dueño de Su-Karne y con el respaldo del mismo Presidente de la República.
Se le pudo ver nervioso en sus discursos desde el principio, con frases
chuscas, arrebatos momentáneos, expresiones inverosímiles como “la ventanilla
única”. Acabado de terminar una campaña a la diputación federal parecía
increíble la falta de preparación, notoria, sobre sus hombros.
Si el PRI gana, como dicen algunas encuestas, será a base de
mantener a la fuerza esa unión y dejar los resabios atrás, al menos de momento.
El PRD, olvidado ya de su pasado de izquierda, respalda a un
empresario como candidato ciudadano, confiando en su buena imagen y su nombre.
Mariano Gómez viene de dirigir a la Coparmex en Sinaloa, y su experiencia en
política es prácticamente nula.
Sin embargo, es de los contendientes con menos cosas
criticables, sin un pasado señalable, viene a iniciar una trayectoria que le
servirá de trampolín y aprendizaje, pero se siente que esta misma inexperiencia
no lo ayudó a posicionarse lo suficiente, además están las diatribas del sol
azteca, desmoronado prácticamente, tratan de renacer y alcanzar suficientes
votos para mantener las prerrogativas estatales. En mi perspectiva, pudo ser
mejor candidata a la gubernatura Imelda Castro.
El PT y Leobardo Alcántara decidieron ir solos, y en el
pecado pueden pagar la penitencia. Con discursos prometiendo la planta solar
que el mismo Mario López Valdez planeta construir en este gobierno, la decisión
de ni siquiera pedir licencia el candidato a su diputación muestra su
desinterés por cuidar las formas y la imagen. Ambición y burla es lo que
muestra y confío en que muy electores lo ven siquiera como opción. Su
estrategia sería la negociación “por debajo de la mesa”, y en una alianza no
escrita le pasen los suficientes votos para sobrevivir, de lo contrario, su
organización política puede ir despidiéndose del dinerito de los contribuyentes
en Sinaloa.
Héctor Melesio Cuén Ojeda, líder supremo del Partido Sinaloense,
y lo digo en tono de burla por si no lo notan, fue capaz de poner a su segundo de a bordo, Víctor
Corrales Burgueño, en la lista pluri, y a su esposa Angélica Díaz; por supuesto, a él mismo
como candidato a gobernador. Los señalamientos del uso a discreción de la UAS,
de sus trabajadores y estudiantes para esta campaña no han frenado y son
evidentes, con candidatos y hasta proveedores provenientes de la casa rosalina.
Le ha apostado al discurso del partido local en la lucha por
“salvar” al estado de los políticos añejos, que manejan todo desde la Ciudad de México, respaldados por viejas mañas y estrategias que él mismo emula auto asignando
y repartiendo candidaturas.
A mi parecer Heredia es mejor en el área discursiva que
Cuén, aunque Cuén no lo hace tan mal. En especial ha sido de los candidatos más
activos y se ha movido con rapidez por todo el estado yendo y viniendo de
puerta en puerta, y activando toda la red creada con el PAS para movilizar a su
gente.
Ha trabajado con toda una estrategia planeada, mostrando encuestas
para contrarrestas otras, resaltaron las pintas en la misma UAS de presuntas
amenazas, donde quedó la duda si fue alguien jugando, si fueron reales o se
trató de un plan de autovictimización.
En un comparativo de propuestas, las del PRI están más
afinadas, con más objetivos, maestros en la demagogia y en desenterrar planes
de gobierno cuyos programas nada más les cambian el nombre, el exrector se ha
enfocado por supuesto en la educación, y ha plantado algunas cosas concretas,
pero parecieran pocas en contraparte al alud de esquemas planteados por el tricolor, aunque como siempre, las propuestas del PRI siempre es difícil pensar sean reales.
Le pesa también el provenir de una candidatura respaldada
por el Revolucionario, donde hizo enojar a muchos por cómo manejó las cosas en su tiempo
por la Alcaldía de Culiacán, y arrastrando la derrota de la elección al Senado
con Nueva Alianza.
Considero que Cuén sólo podría ganar en un escenario, tal
vez no tan intangible: Que se devele él es el candidato de Juan Millán, por
aquella foto juntos, al lado del Secretario de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros, los priistas
malovistas hagan cargada a su favor el domingo y operen de la misma forma que
operaron en el 2010, sumándose a su vez panistas que siempre mostraron su apoyo
a la candidatura a favor de Melesio.
Posiblemente, y sólo si se dieran estas circunstancias,
Héctor Cuén Ojeda podría seguramente alcanzar el triunfo, por una diferencia no
muy grande, quizás unos cinco puntos. De igual forma, no deberíamos descartar se
diera el caso contrario, y decida el PAS declinar a favor de Heredia y lo mismo
hagan el PRI de Malova, llevando a Martín a una sorprendente victoria, aunque
se antoja difícil, ahí está la foto del pasista y del panista juntos, encontrándose "por casualidad", en un café.
La guerra sucia tampoco creo vaya a ser suficiente para mermar
a Quirino, sino al contrario, sea un aliciente para que menos gente salga a
votar, y este tipo de circunstancias favorecen en la mayoría de los casos a los priistas y su estructura, a menos que los priistas traidores le estén apostando también a esta jugada.
Por su lado Morena y Encuentro Social navegan en un barco a la deriva,
donde el objetivo es alcanzar los mínimos posibles para quedarse con
prerrogativas, en este caso, Estrada Ferreiro se mira con mejores posibilidades,
sus discursos “lopezobradoristas” seguramente sembraron un buen efecto en la
gente simpatizante de la izquierda y le sume una buena cantidad de sufragios,
tal vez incluso con posibilidad de rebasar al PRD.
Mony Rocha en cambio, es la única mujer aspirando a la gubernatura,
con un enfoque de temática familiar con discursos risueños de ser la madre de
Sinaloa y hacerles pagar “así” (imagínenla hablando con el puño cerrado) a los otros partidos; estaría con la moneda en el aire para ver si alcanza el tan ansiado tres por
ciento de los votos, si lo logra, ya es ganancia.
Francisco Frías Castro, el priista vuelto independiente. No
tan “bronco” como otros, pero sí el de mayor experiencia de todos. En los dos
debates se vio bastante bien, hay que decirlo, mantuvo los ataques y esgrimió
las propuestas, las cuales tampoco son malas del todo y se ven bien
estructuradas, demostrando tener mejor habilidad para el discurso que el resto
de competidores.
Pero, el pero, es su pasado priista, y no sólo eso, el haber
sido allegado a la administración malovista, a la cual ahora dice que piensa
meter a la cárcel, parece toda una caricatura.
Cerró su campaña con un plantón en Catedral, reclamando también
por la elección de Estado, de ese gobierno del que proviene, de ese partido del
que proviene, y que incluso dirigió a nivel estatal hace años.
Pareciera más bien una rabieta por no verse siquiera en la
posibilidad de competir en el PRI por la candidatura, o tal vez se trate de una
misma estrategia del partido, o de otras personas, en aras de pulverizar el
voto, dividirlo y restarle posibilidades a los opositores.
Frías sería el que no ganaría nada en esta elección, ningún
sondeo lo pone con posibilidades, está solo, y a menos que haya logrado negociar
algo para lanzarse de esta forma, podríamos verlo finalmente en el ocaso de su
carrera.
Para concluir, en resumen: El PRI se ha mostrado fuerte, muy
fuerte, y los opositores muy muy débiles, estamos ante un escenario donde la
bandera del tricolor se izaría triunfante en el Palacio de Gobierno pese a llevar un candidato desconocido para los electores y sin habilidades políticas ni carisma, esto, si nada
sorpresivo ocurre, si no hay traiciones, si no hay votos cruzados, si no hay
dinero ilícito de otros lados llenando bolsillos, lo mejor, o peor, está por
venir, todavía falta para que llegue el domingo, y ese día, se sabrá de qué
color pintan las cosas.
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